Un video que se ha viralizado rápidamente en las redes sociales en los últimos días ha provocado la indignación de miles de personas: un inocente perro español fue brutalmente golpeado por su propio dueño. Este acto cruel no solo ha conmocionado a la opinión pública, sino que también plantea preguntas inquietantes sobre la ética y la legislación en torno a la protección animal en Vietnam.

El video, de menos de un minuto de duración, muestra a un hombre de mediana edad golpeando repetidamente con un palo a un perro español de pelaje blanco, ignorando por completo su terror, dolor y desesperado intento por escapar. Lo que más ha impactado a los espectadores no son solo los golpes brutales, sino también la mirada de desesperanza del perro — un ser que había confiado en los humanos de manera incondicional.
Tras su difusión en plataformas como Facebook, TikTok e Instagram, el video ha acumulado millones de visualizaciones y decenas de miles de comentarios. La comunidad en línea no ha ocultado su enojo; muchos exigen identificar al agresor y que las autoridades intervengan de inmediato.

Este no es el primer caso de maltrato animal que ocurre en Vietnam. Sin embargo, la mayoría de estos actos quedan en el olvido o no se abordan adecuadamente. ¿Por qué? Porque aún no contamos con un sistema legal suficientemente fuerte para proteger a los animales domésticos de los abusos de sus propios dueños.

Según la Ley de Ganadería de 2018, el maltrato a los animales puede conllevar sanciones administrativas, pero las multas son demasiado bajas como para disuadir efectivamente este tipo de conducta. En contraste, en muchos otros países, el maltrato animal es considerado un delito penal que puede conllevar penas de prisión.